
Un poder notarial no es para siempre: cuándo y cómo revocarlo legalmente
7/15/20252 min read


En el ámbito del Derecho, los actos jurídicos son esencialmente dinámicos. El poder notarial también conocido como mandato es un instrumento legal mediante el cual una persona (el poderdante) autoriza a otra (el apoderado) para representarla en ciertos actos jurídicos, como vender una propiedad, tramitar un crédito o administrar bienes. Esta facultad puede otorgarse de forma general (para múltiples actos) o específica (para un solo asunto).
Sin embargo, el poder no es irrevocable por naturaleza. El poderdante conserva, en todo momento, la facultad legal de revocarlo, es decir, de dejarlo sin efecto. Esta revocación puede realizarse en cualquier momento y sin necesidad de invocar causa alguna, conforme lo establece el Código Civil vigente en la mayoría de las entidades federativas, incluida Quintana Roo.
¿Cuándo conviene revocar un poder notarial?
Algunas de las causas más comunes que justifican la revocación de un poder son:
Terminación del encargo original: Por ejemplo, si el poder fue otorgado para la venta de un inmueble y esta ya se concretó.
Pérdida de confianza: Si la relación personal o profesional entre el poderdante y el apoderado se deteriora.
Prevención ante mal uso: Si existen indicios de que el apoderado está actuando fuera del encargo conferido.
Cambio de circunstancias legales o familiares: Como en casos de separación, fallecimiento de un tercero relacionado, o incapacidad del apoderado.
Recordemos que al tratarse de un acto unilateral, es decir, que solo depende de la voluntad del poderdante, la revocación puede hacerse efectiva en cualquier momento, sin que sea necesario contar con el consentimiento del apoderado.
¿Cómo se revoca un poder notarial?
El procedimiento legal es sencillo pero debe cumplir con ciertos requisitos formales para ser válido:
Redacción del instrumento de revocación: El poderdante debe acudir ante notario público para manifestar su voluntad de revocar el poder previamente otorgado. Esta manifestación se formaliza en un instrumento notarial, es decir, un documento con valor público, redactado y autorizado por el notario.
Notificación al apoderado: La revocación debe notificarse al apoderado para que tenga conocimiento fehaciente (es decir, comprobable legalmente) de que ya no está autorizado a actuar en nombre del poderdante.
Publicidad registral (en su caso): Si el poder revocado fue inscrito en un Registro Público (por ejemplo, cuando otorgaba facultades para actos sobre inmuebles), también se debe solicitar la inscripción de la revocación para oponerla a terceros.
Avisos institucionales: Si el poder fue utilizado ante bancos, notarías o autoridades fiscales, conviene notificarles para evitar que se reconozcan actos realizados por quien ya no tiene legitimación.
¿Qué pasa si no se revoca formalmente?
No basta con “decidir” dejar sin efecto un poder; si no se formaliza la revocación, el apoderado podría seguir actuando con apariencia de legitimidad, generando consecuencias legales y patrimoniales para el poderdante.
Por ejemplo:
El apoderado podría firmar la venta de un bien inmueble y esta operación seguiría siendo válida ante terceros, si el poder no estaba revocado de forma oficial.
Podría realizar trámites fiscales o bancarios que comprometan legalmente al poderdante.
En todos los casos, la revocación formal protege tu patrimonio y tus decisiones.
"Otorgar un poder notarial implica confianza, pero también control. Revocarlo es un derecho que protege al otorgante y evita consecuencias jurídicas no deseadas. En la Notaría Número 80 de Cancún, te orientamos con precisión y claridad para revocar cualquier poder, asegurando que el acto sea plenamente válido y eficaz ante las autoridades y terceros." Luis Gabriel Palacios Velasco, Notario Público.
¿Tienes dudas sobre un poder vigente o deseas revocarlo formalmente? Estamos para ayudarte.
Confianza, Ética y Transparencia
Servicio profesional y humano para nuestros clientes.
© 2025. Todos los derechos reservados.